sábado, 6 de junio de 2009

Mi prima

Porque a pesar de que ya no estás y eso es triste, tu recuerdo nos alegrará para siempre...
Hasta siempre primita.


















PALABRAS A LA MUERTE DE UNA HERMANA
(Mario Guajardo V.)

que aunque la vida perdió
dejónos harto consuelo
su memoria
Jorge Manrique.


El primer recuerdo que guardo de Paola es una mañana y una taza de té. Cuando nació mi hija, Paola recordó esas mañanas de salir de la casa apurados de la mano, yo a clases de Kinder y ella a la Universidad. Dijo que no lo podía creer. Ahora me toca a mí, y a todos nosotros, no creer este momento, evadir la mañana del 4 de junio, decirle a tu muerte que no existe. Sí, Paola, tu ausencia es una ilusión, una mentira que no vamos a creer, porque hace menos de una semana, escribiste: “Qué felicidad.......ya firmamos la escritura, ahora viene la inscripción y la casa es 100% nuestra”. Nuestro último encuentro fue para celebrar tu matrimonio con Mauro, cuando coronando su relación con un hogar, un territorio propio, nos abrazamos, nos hablamos, y nos dijimos, sin saberlo, Hasta luego.

Seguro no es la gran cosa, pero aquí tengo un regalo tuyo, una billetera verde que ahora es la billetera más bella del mundo. Dicen que el verde es esperanza. Yo digo que este es un regalo, que hay recuerdos pequeños y grandes para buscar entre el malestar presente tu rostro sonriente, ese que miraremos al espejo cada mañana, mostrándonos tu sonrisa, tu legado. Ibas camino al trabajo y decidiste descansar. Tu muerte no existe porque mi padre fue también tu padre, porque tus hermanos son mis hermanos.

Mi hermana dice que “Fuiste la primera de nosotros en llegar a este mundo y misteriosamente eres la primera en dejarlo. Eres símbolo de unión, perdón, pero, sobre todo, de alegría”. En los recuerdos no tan agradables y en las distancias injustificadamente prolongadas encontraremos la lección del perdón, de los silencios que no debieron ser, de los encuentros que no debieron aplazarse nunca.

En tus más cercanos, tu compañero, tu hija, tu madre y tus hermanos, sabremos encontrar rastros de tu arrojo, de tu garra, de la tarea cumplida con amor. Veremos en Catalina, en la mujer que criaste en el esfuerzo y el cariño, tu ímpetu y perseverancia. En ella comprenderemos que todavía caminas al trabajo.

Tu muerte no es muerte, sino descanso. Te ganaste el privilegio y el honor de descansar junto a nuestros abuelos, en el sosiego de los que merecen tregua. A nosotros nos tocará salir de aquí para encontrar en cada uno de nuestros recuerdos tu memoria, tu vida. Hay personas para las cuales no hay muerte. Porque no has muerto, Paola, sólo has perdido un poco de vida.

1 comentario:

Francisca dijo...

Hola Alejandra!!! no tenía idea que tenías blog, y menos uno tan bonito como esto, cargado de reflexiones y cosas hermosas :)
Te linkeo y nos estamos leyendo :)